
La aerotermia es una de las tecnologías que está cambiando la manera en la que se climatizan los hogares, su bajo impacto en el medio ambiente y su rentabilidad en un plazo reducido, la convierten en la opción de preferencia en la actualidad.
Antes de enumerar las principales ventajas de este método para calefacción, refrigeración y producción de agua caliente sanitaria o ACS, es imprescindible conocer que es la aerotermia, su base teórica, para que puedas entender realmente los beneficios que aportará a tu hogar.
Aerotermia: ¿cómo funciona?
La aerotermia, como su nombre parece sugerir, es la obtención de energía -manifestada como energía, propiamente, o como calor- del aire que se encuentra en la naturaleza.
Para hacerlo, la tecnología se basa en modernas bombas aerotérmicas que se instalan en el exterior de una vivienda o edificación y cuya función es, precisamente, extraer la energía que contiene el aire, de forma natural. Los equipos más eficientes pueden extraer hasta un 70% o un 75% de la energía contenida en el aire, por lo que requieren de un bajo consumo eléctrico para un funcionamiento óptimo.
Gracias a este concepto, aplicable no sólo a la calefacción -uno de sus principales usos y también uno de los principales gastos en la factura de las familias-, sino también a la refrigeración en verano o para calentar agua de uso sanitario, se puede ahorrar entre un 75% y un 80% de energía eléctrica, ya que los equipos utilizarán también la energía producida por el aire ambiental para su funcionamiento.
Sistema de aerotermia totalmente independiente de la red eléctrica
Sin embargo, como en todo, la evolución de las tecnologías asociadas a la aerotermia permiten configuraciones que no sólo sean más eficientes en su utilización, sino también más renovables, pudiendo prescindir totalmente de la energía eléctrica para su funcionamiento.
Esto no es más que la combinación de fotovoltaica y aerotermia -energía obtenida del sol mediante paneles solares, y la mencionada aerotermia-. Los paneles solares captan los rayos solares, los convierten en energía eléctrica y alimentan a los equipos de aerotermia permitiendo su funcionamiento. El resto de la energía, necesaria para calentar el agua, calentar el hogar o refrigerarlo, según la época, se obtiene desde el aire ambiental gracias a la bomba de calor aerotérmica.
¿Resultado? Coste cero en lo que a consumo eléctrico se refiere, y como verás en relación a sus ventajas, un importante ahorro a medio y largo plazo.
Ventajas
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Ahorro en la factura de la luz: con una instalación convencional -sin paneles solares-, un hogar puede ahorrar hasta el 75% de la factura de la luz, suponiendo una considerable cantidad proyectado a 12 o 24 meses.
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Ahorro a plazos: un sistema de aerotermia, y más aún de aerotermia alimentado por energía solar, devolverá la inversión en un plazo de entre 5 y 6 años. A partir de allí -considerando que pueden ser sistemas instalados durante 30 o 45 años, sin grandes mantenimientos- comenzarás a percibir una rentabilidad neta por concepto de calefacción, refrigeración y producción de ACS.
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Sencillez: aunque utiliza algunos equipos que deberá instalar el especialista que consideres correcto, son sencillos de instalar y no dependen de tubos, chimeneas ni están condicionados a una zona geográfica o climática en particular.
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Energías renovables: consumir sólo el 25% de energía eléctrica, en el más sencillo de los casos, representa una tendencia en auge, ya que las energías renovables están cobrando gran importancia, sobre todo en aras de la eficiencia energética en el ámbito doméstico.
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Una solución ‘Todo en uno’: puedes usarla para el sistema de calefacción, para el sistema de aire acondicionado, pero también para el agua caliente. Esta solución ‘Todo en uno’ te permitirá prescindir de calderas, calentadores y demás equipos utilizados para cada una de estas tareas.
Si bien la aerotermia representa una inversión inicial considerable, el cúmulo de ventajas aquí reseñadas son sólo algunas -las más importantes- de un método de climatización de espacios que está ganando popularidad en muchos países desarrollados, no sólo por su condición renovable, sino por su bajo mantenimiento y alta operatividad en toda su vida útil.