La población mundial envejece a un ritmo mucho mayor que nunca antes. Para 2050, por primera vez en la historia, la cantidad de adultos mayores de 60 años superará a los menores de 15 años.
Eso deja a las familias y los gobiernos enfrentados a una interrogante clave: ¿Quién se ocupará de las personas mayores?
En muchos casos, la respuesta es: nadie.
La mayoría de los países sencillamente no están preparados para hacer frente a un aumento importante de la población de personas mayores, según un informe recién publicado por la ONU y un grupo de cuidados de personas de la tercera edad. Sólo una de cada cinco personas mayores en el mundo tiene una pensión, para no hablar de servicios médicos. Y las presiones sociales y económicas erosionan las estructuras familiares en que las familias cuidan a sus ancianos.
A pesar de este dilema cada vez más urgente, muchas personas mayores son invisibles para buena parte de la sociedad, que ignora sus necesidades y preocupaciones. Así que fotógrafos de The Associated Press salieron por todo el mundo a ser testigos de esas preocupaciones y a hacerles dos preguntas: A medida que envejece, a qué le teme más y cuál es el mayor problema que enfrentan los ancianos en su país.
A continuación, las respuestas que destacan miedo ante la falta de alimentos y vivienda, la dependencia obligada de los hijos y la soledad. Como dijo el peruano Pedro Vega Yucra, de 80 años: «Cuando uno envejece, a nadie le importa».
Claudio Rodríguez Contreras, de 71 años y veterano de la revolución cubana, posa para esta foto en su casa de La Habana, Cuba, el sábado 15 de junio de 2013. Al preguntársele cuando envejezca, a qué teme más y cuál es el mayor problema de los ancianos en su país, Contreras dijo: «Los ancianos cubanos no tienen miedo a la vejez porque nuestro gobierno revolucionario, dentro de sus medios, nos ayuda con las necesidades mínimas: una pensión, servicios médicos gratis, alimentos, una vivienda, y nos mantiene activos en la sociedad. El problema a mi edad es que debido al embargo, nuestro país no se puede desarrollar como debiera y no podemos disfrutar de ver los sueños hechos realidad para nuestros hijos»