La pandemia mundial que ha ocasionado el COVID 19, ha supuesto el sacrificio de muchas de las cosas que habíamos hecho siempre en nuestra vida y rutina. Todos los negocios y locales tuvieron que cerrar durante el largo confinamiento, suponiendo esto unas consecuencias económicas gravemente perjudiciales para todos ellos. Ya en plena nueva normalidad, es necesario que el sector de la restauración se adapte a la presencia de unos requisitos necesarios, tanto para la supervivencia del negocio como para la salud del conjunto de la población.
Gastos que se suman a los que la restauración ya tenía
No es que los gastos del sector de la restauración hayan cambiado por otros, debido a las medidas de prevención, sino que son un añadido y no una sustitución del gasto que había anteriormente. Si un restaurante, bar o cafetería, no quiere tener sorpresas en la organización de su negocio, lo mejor es tener contratado e instalado un programa de gestión que facilite una correcta administración de todos las áreas a tener en cuenta en este tipo de negocio.
Este tipo de programas permite gestionar desde las compras hasta las ventas, el almacén, y por supuesto, la parte económica en relación con el negocio, como puede ser la contabilidad y la tesorería. Pero realmente el aspecto clave que unifica todos estos sistemas al mismo nivel, es la importancia que en todos ellos tiene la asistencia técnica. Esto no debe ser entendido como un gasto ciertamente, ya que parece más bien una inversión fundamental, ya que tanto el dueño como los empleados sólo deberán estar centrados en atender y cubrir las necesidades de los clientes, mientras que serán los profesionales asistentes técnicos los que deberán cerciorarse de que el programa funciona correctamente.
Otro gasto que la restauración ya tenía pero que no se libra de adquirir un protagonismo mayor en la nueva normalidad, son los rollos de papel térmico. Éstos son los rollos de papel que se alojan en los datafonos y que sirven para imprimir automáticamente los pagos y ofrecer una copia de los mismos a los clientes. La demanda por parte de los negocios de los rollos de papel térmico ha aumentado considerablemente debido a que el pago mediante tarjeta es un método mucho más seguro que el efectivo con monedas y billetes. Las tarjetas solo las tocan los usuarios mientras que el dinero pasa de mano en mano sin control. Al incremento del uso de la tarjeta se le supone, por tanto, un gasto mayor de este tipo especial de papel.
Lo recomendable para todos estos bares y restaurantes, es tener unas buenas reservas de este tipo de producto, y pedir los recambios con la antelación suficiente, ya que si el negocio se queda sin papel, puede llegar a tener problemas a la hora de poder cobrar a los clientes que no lleven efectivo.
¿El adiós definitivo a las cartas tradicionales?
Uno de los rituales más clásicos a la hora de acudir a un restaurante consistía en llegar, sentarnos y que el camarero llegase con las correspondientes cartas del restaurante que contenía aquellos platos para comer o cenar. Con la nueva normalidad, éstas han desaparecido, ya que pueden suponer un riesgo de contagio elevado y la solución no puede pasar por imprimir cada vez una copia nueva para cada cliente, pues eso es un gasto inviable a la larga, por tratarse más bien de un malgasto evidente.
Las cartas digitales para restaurantes suponen la única alternativa considerable para poder respetar las medidas mínimas de seguridad. Una de las principales características sobre cómo contagiarse con objetos del COVID-19, tiene que ver con su permanencia en las superficies. En las que son de papel, el virus puede sobrevivir hasta 3 horas, mientras que en el plástico puede mantenerse durante 3 días.
Poder abrir la carta digital a través del teléfono móvil mediante un código QR no supone ningún riesgo de contagio, ni para los empleados ni para los clientes. El mantenimiento de estos menús se puede modificar más fácilmente en el tiempo y supone una forma de modernizar en el futuro inmediato a cualquier local.
La facilidad del acceso también supone una ventaja considerable, ya que a través de pegatinas QR no es necesario que los clientes tengan que descargar ninguna aplicación en sus teléfonos móviles. Visualmente supone un salto cualitativo, ya que se pueden subir fotos en alta calidad y adecuar el menú del día sin fallo o molestia alguna.
El teletrabajo
Parte de la nueva normalidad es entender que la producción laboral no se puede frenar por no poder acceder al espacio físico del lugar de trabajo. A través del uso de una centralita virtual cualquier empleado que ejerza las funciones de gestión, como puede ser el caso del responsable de un hotel, puede comunicarse con los demás trabajadores, realizando sus tareas desde casa sin riesgo a contagiar a nadie, estando por ejemplo de cuarentena sin síntomas aparentes.
Este tipo de sistema es ideal por la rapidez que supone su implantación, ya que no precisa de ninguna instalación física para su correcto funcionamiento. Las extensiones se pueden dar en el propio navegador, lo que permite comunicarse de manera sencilla con llamadas al ordenador o a la aplicación móvil. Todo esto permite una gestión completamente integral, en tiempo real del centro de trabajo, pudiendo así mismo, analizar y diagnosticar cualquier problema al momento.
El gel hidroalcohólico
Tenerlo en la entrada del comercio es una necesidad para la salud de clientes y trabajadores. Supone un refuerzo increíble contra el virus para asegurarse de que la gente desinfecta sus manos nada más entrar y salir del local. Algunos bares y restaurantes cuentan con dispensadores automáticos en los que no es necesario que las personas tengan que pulsar ningún botón, sino que a través de un sensor de movimiento, el gel sale automáticamente cayendo en las manos.
Esto puede pasar como un gasto, pero es en realidad un bien necesario, para no tener que cerrar el local por un brote.