
Los problemas en las comunidades de vecinos aparecen cuando menos lo esperamos. No sólo hablamos de los desperfectos en infraestructuras o los contratiempos administrativos que haya que afrontar, sino también de los habituales enfrentamientos entre propietarios, que a veces pasan a mayores. En todas estas ocasiones, las figuras del presidente y el secretario se ven comprometidas a actuar, pues esa es la obligación que el cargo les impone, incluso si eso implica adentrarse también en el problema. Y es que, manejar las peticiones y exigencias de un colectivo tan importante y peculiar como son las comunidades de vecinos no es tarea fácil, y ni siquiera existe demasiada condescendencia frente a gestiones ineficientes.
Estos son sólo algunos de los muchos inconvenientes que pueden surgir durante el periodo en que un propietario ocupa los puestos de presidente o secretario. Para evitar situaciones como las que planteamos, la solución actual más eficaz y rápida es contar con la asistencia de un administrador de fincas. Aunque la mayoría de usuarios conoce esta figura, quizá no estemos al tanto de todas las ventajas que comporta contar con los servicios de estos profesionales.
¿Quién es el administrador de fincas?
Un administrador de fincas no es, ni más ni menos, que una tercera persona encargada de gestionar técnicamente la comunidad en todos los aspectos que implique su buen funcionamiento. Su procedencia puede ser externa (lo más recomendable) o interna, en cuyo caso hablamos de alguno de los propietarios que asume directamente todas las labores y recibe un sueldo o una condonación de las aportaciones obligatorias de mantenimiento. En cualquiera de los casos, debe ser la junta de propietarios la que apruebe su contratación.
Según la Ley de Propiedad Horizontal, que es la que recoge toda la normativa referente a las comunidades de vecinos, este puesto debe estar cubierto por alguien con conocimientos y cualificaciones sobre la materia, aunque no obliga ni a ser ni titulado ni colegiado. Aun así, es necesario insistir en la importancia de que esta figura cumpla con ambos requisitos para garantizar profesionalidad y seguridad en cuanto a la gestión. Contar con gerentes pertenecientes a ambas categorías siempre es la alternativa más fiable. Y si queremos asegurarnos de ello, buscar un administrador de fincas en Zaragoza okgestion.es resulta la opción más recomendada en estos momentos.
Ahora que ya sabemos qué perfil profesional debemos buscar, quizá convendría hacer un repaso por las ventajas más interesantes que implica contar con un administrador de fincas en la comunidad de vecinos.
Los beneficios del administrador de finca
- 1. La primera ventaja que implica esta contratación es tranquilidad para los propietarios. En la mayoría de ocasiones, el momento del sorteo a presidente y secretario (si no hay ningún candidato) es tenso, ya que nadie quiere asumir la carga. Si es frecuente esta tesitura en una comunidad, sin duda la solución más eficiente es el administrador de fincas. Ningún propietario tendrá que cargar con obligaciones que no desea tener y que, en no pocas ocasiones, incluso conlleva futuros problemas personales.
- 2. Como decíamos al principio, los propietarios en posición de presidente o secretario deben hacer de intermediarios en problemas entre vecinos, creando una posición delicada. En el caso de los administradores de fincas, son personas generalmente ajenas a los propietarios y sin ningún tipo de reparo o afecto a la hora de intervenir en situaciones complejas. En caso de que fuese reclamar cuotas impagadas a un vecino en situación de morosidad prolongada, un profesional es quien mejor sabrá establecer las exigencias sin que en ello influyan los lazos de convivencia o amistad que se crean entre los miembros de la comunidad.
- 3. Dejando a un lado los posibles problemas personales, un administrador de fincas es un profesional de la gestión y la administración, por lo que en materia de contabilidad, pagos, cobros, solicitudes o procesos jurídicos ellos sabrán actuar con más eficacia que cualquier vecino que, en muchas ocasiones, ni siquiera cuenta con capacitación mínima para afrontar el cargo de presidente o secretario. El administrador asegura una gestión correcta y fluida, minimizando las complicaciones para la comunidad y sus propietarios al máximo y buscando la solución más eficaz frente a problemas que puedan aparecer en cualquier momento, evitando también la molestia de tener que convocar juntas con excesiva frecuencia para contar con el beneplácito de la mayoría.
4. Por último, un administrador de fincas garantiza actualización. No sólo en los conocimientos legales que afectan a la comunidad, sino también en la información que los vecinos quieran consultar. Algunas empresas como okgestion.es cuentan con un servicio de consulta 24 horas para cada propietario, pero incluso si no existe esta facilidad, los administradores ponen al corriente de todos los movimientos a los propietarios de manera inmediata, por lo que siempre podremos saber el estado de las cuentas, la convocatoria de junta, el comienzo y la duración de obras y todo aquello de lo que los vecinos deben tener conocimiento.