La formación bonificada es una de las mejores soluciones a las que pueden recurrir las empresas de todos los sectores y todos los tamaños, para mantener a sus trabajadores formados constantemente, lo que se traducirá en un mayor rendimiento, máximo aprovechamiento de las oportunidades y, por supuesto, también en un aumento de la productividad y en los beneficios de la empresa.
¿Qué es la formación bonificada?
La formación bonificada es una gestión de la bonificación de FUNDAE subvencionada, directamente, por el Estado español. Esta subvención le permite, a muchas empresas, mantener a sus trabajadores en una formación continua, siempre relacionada con la actividad económica que desempeña la empresa y también en función del puesto de trabajo. Sin embargo, en muchas ocasiones, la gestión de ese proceso resulta complicado para el departamento de recursos humanos, lo que hace necesario recurrir a profesionales especializados en el área y así garantizar el acceso a este tipo de beneficio.
Esta formación, subvencionada por el Estado a través de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), ayuda a las empresas, independientemente de su naturaleza, actividad económica o tamaño, a facilitar la formación constante y gratuita de sus empleados, o en su defecto, a facilitar esa formación con importantes descuentos.
Es una formación apta para todo tipo de empresas, puesto que en ningún momento se específica que la misma deba tener un mínimo o un máximo de trabajadores para acceder a la misma. Sin embargo, es importante destacar que el crédito disponible para este tipo de formación se calcula en función de lo cotizado por formación profesional, así como también por la plantilla media de la empresa. Para ello se utilizan los datos de los recibos de liquidación de cotizaciones correspondientes al año anterior.
Por otro lado, el crédito se calcula de forma automática, a través de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS). En la página oficial de FUNDAE hay una práctica aplicación que permite hacer este cálculo en pocos minutos. Sin embargo, pese a todas esas facilidades, en muchas ocasiones resulta complicado de gestionar, y esto se debe principalmente, a la fuerte carga de trabajo que suelen tener los departamentos de recursos humanos, prácticamente de todas las empresas. Esa carga de trabajo hace complicada la planificación y continuidad de las solicitudes y formaciones en general.
Es, justamente por lo anterior, la recomendación de hacer este tipo de gestiones de forma directa con profesionales especializados en el área. Ese conocimiento puede ayudar a evitar cometer algunos errores comunes, como por ejemplo, no comunicar ciertos cambios de la formación dentro de los plazos establecidos, o que el formador o la formación en sí, no reúnan los requisitos.
La experiencia y el conocimiento es clave para minimizar ese tipo de errores, y así aprovechar al máximo este tipo de subvenciones, en favor del bienestar de los empleados y de la empresa.
¿Por qué es importante la formación continua?
La formación continua del trabajador se traduce en importantes beneficios profesionales, personales y también para la organización. De ahí la importancia de que las empresas presten la atención necesaria a este sector y busquen las alternativas disponibles para cumplir con este precepto de forma regular.
A continuación compartimos algunas de las ventajas más destacadas de proporcionar a los trabajadores una formación continua:
- Oportunidades: la formación continua le permite al trabajador reconocer y evaluar mejor las potenciales oportunidades en beneficio de la empresa.
- Integración: es un proceso que favorece la integración de los trabajadores y, adicionalmente, genera empatía hacia la empresa.
- Conocimientos: la formación continua es determinante para actualizar los conocimientos, y más aún, en momentos donde todo cambia con mucha rapidez.
- Satisfacción: ayuda a mejorar la autoestima del empleado, y el nivel de satisfacción personal y profesional.
- Rendimiento: la formación continua y debidamente planificada, en función de las tareas y puestos de trabajo, tiene un impacto directo en el rendimiento del trabajador y en la productividad general de la empresa.
La formación bonificada constituye una magnífica solución para que el proceso de formación continua de los empleados sea un poco más simple y asequible para las empresas. La planificación, organización y adecuada gestión de la misma, son las claves para obtener acceso a este importante beneficio.