
Una de las capacidades que diferencia al ser humano del resto de las especies es su creatividad. Es decir, la habilidad de crear algo desde cero a base de imaginación y diferentes técnicas. Podemos determinar que esta sería una de las mejores definiciones del arte y, entre todas las disciplinas que existen a nuestro alrededor, la arquitectura es probablemente una de las más relevantes. Un sector del cual depende en gran medida nuestro bienestar por diversas razones; motivo por el que su difusión es especialmente importante. Cuanto más valor tenga la arquitectura, mejor considerada estará en nuestra sociedad y mejor será el trato que reciban los profesionales que se dejan la piel a diario para hacer realidad los proyectos más hermosos.
Arquitectura, un arte que va más allá de la belleza
Todo arte tiene una elevada carga de belleza, siendo uno de los ejes centrales del sector. Eso sí, recordemos que la belleza es algo objetivo, pudiendo encontrarla hasta en las situaciones más terribles (no confundir con el valor estético). Sin embargo, cuando hablamos de la arquitectura, es importante determinar que este sector no se nutre exclusivamente de ella, sino que va mucho más allá. Algo que evidencia claramente por qué es tan relevante optimizar la difusión de arquitectura y acercarla al conjunto de la población, al igual que sucede con otras disciplinas artísticas como el cine, la pintura, la música o la literatura.
Por un lado, la arquitectura tiene un gran componente técnico. Los profesionales de este sector están obligados a jugar con las matemáticas en aras de garantizar la seguridad e integridad de aquello que se va a construir. No todo vale, aunque el valor creativo sigue siendo un ingrediente básico en esta ecuación. Asimismo, los arquitectos deben ser líderes incuestionables que sepan cómo llevar un proyecto adelante. No solo en el plano, sino también durante el proceso de obra. ¡Son los directores de la película!
Por si todo esto no fuera suficiente, es crucial que la arquitectura sea coherente con los tiempos en los que se encuentra. A lo largo de las diferentes épocas de la humanidad, ha habido un gran volumen de corrientes artísticas; dejando un legado palpable a nuestro alrededor. En consecuencia, los nuevos estudios de arquitectura deben respetar las tendencias de cada zona en la que se construye e incluso poner el foco en valores contemporáneos como lo es la sostenibilidad.
Nuevos medios para difundir la arquitectura
Como habrás podido observar, el papel de la arquitectura en nuestra sociedad es de vital relevancia. Además, el trabajo que desarrollan estos profesionales se antoja arduamente complicado, escapando al alcance de un gran volumen de personas. Por todo esto, es de agradecer que existan nuevos medios de difusión que están haciendo que la arquitectura llegue a la máxima cantidad de gente posible. Es decir, que la sociedad entienda en profundidad cómo funciona este arte y qué corrientes estilísticas o técnicas están triunfando hoy en día.
Gracias al desarrollo del ecosistema digital, muchos estudios de arquitectura han encontrado la forma de darse a conocer ante la audiencia global. Desde sus respectivas páginas web comparten los proyectos que han realizado a lo largo de sus años en activo, haciendo que cualquier cliente potencial sepa de antemano cómo es el trabajo de la empresa a la que va a contratar. No obstante, este medio de difusión es de carácter personal; algo que no sucede con los blogs o revistas online. Aunque es importante que estas plataformas no solo se dirijan a profesionales, sino también a particulares. Una forma de democratizar el acceso a este arte y optimizar la cultura entre el conjunto de la sociedad.
Cuantas más personas disfruten de las novedades, tendencias o historia de la arquitectura mediante dichos sitios web o incluso revistas físicas, mayor será el interés general en la profesión. Algo que repercute en otros medios de difusión como lo son las exposiciones, donde se da visibilidad a los proyectos más destacados del momento. En definitiva: estamos ante un arte y, como tal, es crucial que todo el mundo pueda disfrutarlo en profundidad. Porque, ¿qué sería del cine sin espectadores? Lo mismo que de la arquitectura sin gente que la aprecie.